SANTO DOMINGO.- Al ofrecer la conferencia «Masculinidades positivas para las familias: hombres, igualdad y valores democráticos», en la Primera Feria Constitucional Internacional sobre la Familia y la Igualdad que realiza el ·TCRD, el antropólogo y trabajador social español Ritxar Bacete González afirmó que la familia, en cualquiera de sus formas y dimensiones, es la estructura básica que garantiza la creación de la vida y su sostenimiento, a través del amor, la ternura y los cuidados compartidos.
Al exponer su conferencia «Masculinidades positivas para las familias: hombres, igualdad y valores democráticos» en la Primera Feria Constitucional Internacional sobre la Familia y la Igualdad que realiza el Tribunal Constitucional, a través de su Comisión de Igualdad de Género, el experto español dijo que los valores de la democracia: la justicia, la libertad o la igualdad, son consustanciales a los sistemas familiares, y la democracia debe ser la estructura colectiva, el sistema de convivencia que garantice su protección y bienestar.
Ritxar Bacete abogó por la realización de nuevos pactos de convivencia de mujeres y hombres desde el convencimiento de que cada una de las acciones transforman el mundo, porque lo personal es político y la justicia es belleza. «Propongo también la bondad como un valor democrático para producir “hombres buenos”», dijo el antropólogo, quien definió la bondad como una inclinación biológica natural a fomentar lo deseable, motivada por un ejercicio constante y aprendido, una virtud o cualidad propia de los seres humanos hacia sus semejantes .
A su juicio, el avance de la democracia y sus valores en el mundo, junto a la colosal transformación de las mujeres, ha generado una nueva realidad con cambios tan profundos que han hecho tambalearse las estructuras del sistema de relaciones tradicional.
Esos cambios, generados desde el empoderamiento de la mujer, han hecho florecer identidades individuales, así como espacios de relación y convivencia nuevos que han venido a cuestionar de forma radical, y para siempre, la masculinidad hegemónica dominante de los hombres en la sociedad, explicó en su ponencia.
«Cada vez contamos con mayor evidencia empírica de que la participación de los hombres en los cuidados es un factor de prevención de la violencia de primer orden, tanto de la violencia de género como de la que algunos hombres, que son padres, ejercen contra hijas e hijos. A todo ello hay que sumar que el incremento de la participación de los hombres en los cuidados es un factor de cambio positivo para ellos mismos».