Presidente del TC destaca influencia de la guerra de la Restauración en la Constitución dominicana
El magistrado Napoleón R. Estévez Lavandier dictó en Boston una conferencia en la que resaltó la trascendencia histórica de la guerra restauradora y su impacto en el constitucionalismo dominicano
BOSTON, Massachusetts. El presidente del Tribunal Constitucional (TC), magistrado Napoleón R. Estévez Lavandier, dictó en esta ciudad la conferencia «El proceso de Restauración y su influencia en la Constitución dominicana», en el marco del Mes de la Cultura y Festival Dominicano, en la que resaltó la importancia histórica de la guerra restauradora.
En su ponencia, el magistrado precisó que el período de la restauración, tras la República Dominicana ser anexada a España 17 años después de haberse independizado de Haití, representó un acontecimiento trascendental para el país, ya que consolidó la identidad nacional e impactó en el constitucionalismo dominicano.
«Los principios que impulsaron la guerra de la Restauración han sido determinantes para la construcción del modelo constitucional que hoy posee el nuestro país. Cada paso de los restauradores representó un avance significativo en el momento histórico de la restauración y un ejemplo de la visión para el futuro de la República Dominicana», expresó.
El juez constitucionalista indicó que la guerra de la Restauración, iniciada en 1863, y la Constitución de 1865, proclamada luego de ese evento patrio, dejaron un gran legado en la tradición constitucional dominicana, y destacó, como ejemplo, el reforzamiento del valor de la independencia y la soberanía del pueblo dominicano, pues las constituciones posteriores mantuvieron cláusulas que prohibían expresamente adherirse en forma de protectorado a cualquier nación extranjera.
Asimismo, Estévez Lavandier señaló otros elementos transcendentes dejados por la guerra restauradora, como la consolidación del modelo republicano como forma de gobierno; la separación de los poderes; el reconocimiento y la ampliación del catálogo de derechos y garantías constitucionales; los límites al poder presidencial y el restablecimiento del sentimiento de identidad dominicana, que se vio reflejado en las disposiciones constitucionales que fueron adoptándose en las etapas siguientes de la vida nacional.
La historia de la Restauración
Previo a estos comentarios, Estévez Lavandier recordó que los primeros años de vida republicana de la República Dominicana estuvieron marcados por inestabilidad política y constantes amenazas externas. Dijo que, en ese este contexto de fragilidad institucional y temor a una nueva invasión haitiana, el general Pedro Santana gestionó secretamente la anexión del país a España, lo que generó un profundo malestar en amplios sectores de la población dominicana.
El magistrado precisó que luego de esto ocurrieron varios eventos que reflejaron la inconformidad del pueblo dominicano, y aunque no tuvieron el éxito deseado, marcaron el comienzo del movimiento por la restauración.
Mencionó lo ocurrido el 16 de agosto de 1863 en el Cerro de Capotillo, Dajabón, donde un grupo de patriotas encabezados por Santiago Rodríguez comenzaron la lucha. Allí se izó la bandera dominicana, lo que simbólicamente marcó el inicio de la guerra que buscaba restaurar los ideales de libertad, soberanía e independencia de nuestra nación.
«La guerra de Restauración dominicana fue el inicio de los hechos bélicos contra España por parte de sus provincias en América, a ella se une, por ejemplo, el Grito de Lares en Puerto Rico, en 1868, y las guerras de independencia de Cuba entre 1869 y 1898, siendo esta última fecha el conflicto armado en que los cubanos se liberaron de España», expuso.
El magistrado presidente indicó que en nuestro país la guerra se prolongó por dos años, con importantes victorias de los restauradores y un alto costo humano y material tanto para los dominicanos como para los españoles.
«Ante la férrea resistencia dominicana y los problemas internos en España, la reina Isabel II firmó el decreto de abandono de la isla el 3 de marzo de 1865. El 11 de julio de ese año, las últimas tropas españolas abandonaron el territorio dominicano. Los restauradores habían logrado su objetivo y la República Dominicana dejaba atrás el tiempo en que su Constitución había dejado de regir su vida democrática», sostuvo.
Estévez Lavandier indicó que, fruto de este conflicto bélico, el país estaba devastado, por lo que era inminente una reorganización. «Durante el 1865 fueron realizadas diversas acciones con el propósito de lograr reencauzar los destinos constitucionales del país. Los jefes de las expediciones que habían luchado en la guerra de Restauración decidieron retornar a la Constitución de Moca de 1858, instaurando un gobierno provisional liderado por José María Cabral, quien decidió llamar a elecciones para conformar una Asamblea Constituyente que se encargara de adoptar una nueva Constitución», expuso.
Refirió que luego de elegidos los legisladores y celebradas múltiples reuniones, el 14 de noviembre de 1865 se firmó una nueva Constitución que marcó el retorno al régimen republicano y sentó las bases del nuevo orden institucional, introdujo importantes restricciones a las facultades del Poder Ejecutivo, con el objetivo de prevenir los abusos de poder ocurridos en el pasado, y sentó precedentes importantes para el constitucionalismo dominicano.
«Esta proeza nos dejó grandes lecciones sobre el valor de la soberanía, la independencia y la libertad, además de demostrar la importancia de contar con instituciones independientes y robustas, cuestiones que con el paso del tiempo hemos ido asumiendo y fortaleciendo», expresó Estévez Lavandier.
«En todos nosotros descansa la responsabilidad de mantener vivo el legado de la Restauración. El compromiso es preservar los ideales no solo de nuestros padres de la patria, sino también de los restauradores», añadió.
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