Magistrado Ray Guevara Exhorta Juventud Practicar la Solidaridad con el Prójimo

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Publicación: Lunes 17 de Junio , 2013 / 03:56 P. M.
Magistrado Ray Guevara Exhorta Juventud Practicar la Solidaridad con el Prójimo

LA ROMANA.- El presidente del Tribunal Constitucional, doctor Milton Ray Guevara, exhortó a la juventud a guiar su vida ejercitando la Fe, la Esperanza y, sobretodo, la Solidaridad.Hizo su señalamiento al participar el viernes 14 de junio como orador invitado en el acto de graduación de 25 bachilleres del Colegio Abraham Lincoln, a quienes invitó a estudiar y poner en práctica el pensamiento del patricio, Juan Pablo Duarte.El centro educativo imparte el bachillerato bilingüe, con el auspicio del Central Romana Corporation, cuenta con profesores británicos y dominicanos, cuenta con una biblioteca, 28 aulas, 3 laboratorios, 2 salones de cómputos, un salón de arte, un laboratorio fotográfico, 2 espacios recreativos y áreas deportivas, informaron sus autoridades.

El doctor Ray Guevara ponderó, igualmente, el sitial que ocupa la mujer dominicana en la sociedad de hoy, al resaltar el hecho de que de los 25 graduandos del Colegio Abraham Lincoln, 17 eran damas.

La actividad se inició con la interpretación del himno nacional, luego la invocación, a cargo del padre Víctor García, tras lo cual habló el director del centro educativo, Harry Magee. Durante el desarrollo de la ceremonia los propios graduandos se turnaban haciendo las veces de maestros de ceremonias y junto a un coro invitado interpretaron varios temas, incluyendo las canciones Daylight y Abriendo Caminos.

El discurso íntegro del doctor Ray Guevara es el siguiente:

Muy buenas tardes a todas y todos…

Quiero ante todo expresar mi profundo agradecimiento y gratitud, a la Junta Escolar del Colegio Abraham Lincoln por permitirme esta oportunidad tan privilegiada de compartir algunas palabras con estas graduandas y graduandos. 

Al doctor Leonardo Matos, presidente de la Junta Escolar…

A mi querido amigo, Don Ramón Menéndez (Papo) y a su digna esposa, Doña Xiomara, de las autoridades del Central Romana Corporation…

Al señor director de la escuela, al cuerpo docente, a los funcionarios e invitados especiales del Central Romana…

A los padres, amigos y amigas de las graduandas y los graduandos.

Viendo la presentación de este grupo de jóvenes recordé cuando a mí me tocó la oportunidad de graduarme de bachiller en filosofía y letras, en el liceo José Gabriel García, de Samaná. No fue una ceremonia como esta. En esa época la escuela pública ya empezaba a mostrar las dificultades que hoy conocemos.

Sin embargo, los latidos del corazón eran similares, supongo yo, a los que ustedes tiene en este momento, porque uno tiende a pensar cuando llega el momento de la graduación, por fin lo logré, por fin llegamos, cuánto trabajo, cuántas complicaciones; cuantas noches en vela. Yo estudiaba con una lámpara de kerosén, me levantaba a las 5:00 de la mañana, en el liceo secundario, o a las 4:30 de la mañana, con una lamparita de kerosén para estudiar, porque no había energía en ese momento, la energía llegaba a las 7:00 de la mañana y se iba a las 9:30, volvía a las 2:00 de la tarde, se iba a las 2:30 y volvía a las 5:00 y se iba a las 8:00.

Entonces no hay dudas de que uno veía los estudios del bachillerato con una gran ilusión, pensaba en las puertas de la universidad, pero eso era sumamente complicado en esa época, muy pocos estudiantes llegaban a la universidad, mucho menos del 1% de los estudiantes dominicanos.

Sin embargo, en ese momento ser bachiller era prácticamente una categoría social, porque cuando decían en un pueblo el bachiller José Pérez, era una gran personalidad y normalmente los profesores de los liceos eran bachilleres. Eso creaba, indiscutiblemente, una gran ilusión. 

En el caso de ustedes, no hay dudas de que tienen un privilegio extraordinario. En primer lugar, ustedes son egresados y egresadas de un centro escolar, una escuela creada en el año de 1917, con una historia de servicio educativo exitosa, con una característica especial y es que ustedes han estado unidos y unidas a la comunidad, no es una escuela lejana de las realidades de la comunidad, puede haber una estudiante del Batey Lechuga, como puede haber estudiantes que están en la ciudad, sin ningún tipo de inconvenientes. Sí, hay toda una tradición de seriedad, de éxito y de excelencia académica y ese es un primer privilegio que tienen ustedes.

Pero, además, esta promoción tiene otro privilegio. No se les va a olvidar nunca que ustedes se graduaron en el año del bicentenario del patricio, Juan Pablo Duarte, padre fundador de la República Dominicana. No hay dudas de que Duarte tenía las mismas inquietudes de ustedes, no tuvo, sin embargo, la gloria de haberse graduado de una carrera universitaria, ni siquiera la de completar la formalidad de terminar un bachillerato, como se requería.

Sin embargo, Juan Pablo Duarte, con 15 años de edad, sabia latín, alemán, inglés, francés, había estudiado economía, ciencias sociales, filosofía y tuvo la grandeza de que su obra es que él se graduó de patriotismo y su tesis fue la creación de la República Dominicana.

Ustedes tienen pues, abiertas de par en par la puerta de la continuidad en los estudios, de la preparación profesional con una característica especial, son 25 estudiantes, con 17 mujeres y eso es relevante, porque es el cuadro que estamos viviendo en las universidades, especialmente las dos en las que me paso el tiempo entrando todavía y saliendo de las aulas, la PUCMM y UNIBE. En la carrera de derecho el 64 o el  65% son mujeres y fíjense ustedes la relevancia que tiene una vez más para el futuro de la República Dominicana.

Un poeta francés de gran relevancia, Louis Aragón decía que la mujer era el porvenir del hombre y ahora más que antes creo que la mujer es el porvenir del hombre y ustedes van a tener una gran responsabilidad en la universidad, en la familia, en la sociedad y en el ejercicio profesional.

¿Qué he aprendido a través de los años de la vida estudiantil? Bueno, el único Ray Guevara que hay soy yo, soy hijo único de mi mamá y papá, el único Ray Guevara, de Samaná y ahora me presentan como presidente del Tribunal Constitucional. A qué atribuyo yo haber llegado a la universidad, haber hecho estudios de post grado en Francia, España, Italia, Holanda, a qué le atribuyo yo eso, a varios factores y les voy a decir.

No escribí ningún discurso, solo traje esta página, porque me pareció que era el mejor tributo que puedo hacerle a ustedes y es decir cuáles son las cosas que a mi juicio me permitieron tener una carrera importante de sacrificios, de mérito y de satisfacción. En primer lugar una cosa vital que ustedes  deben exhibir es el respeto por los padres y los mayores. No termina la tutela de los padres ahora, no, los padres siempre van a estar jubilosos, comprometidos permanentemente con el apoyo al hijo o la hija, los padres nunca dejan de querer a los hijos, nunca dejan de amar a los hijos, nunca dejan de darles apoyo en todos los momentos y entonces, ese fue uno de los aprendizajes que tuve, el respeto por los padres y los mayores.

Otra cosa que para mí fue importante, la fe en Dios, la tolerancia religiosa y el amor a mi pueblo de Samaná. La fe en Dios, porque indiscutiblemente no hay para mi nada de lo que he logrado que hubiera sido posible sin el apoyo, sin el amparo, sin la bendición del Señor Jesucristo  que todo lo puede, ese que está ahí, junto con uno y que si uno se entrega de corazón recibe las bendiciones y los frutos de esa entrega.

No hay nada más hermoso que mantener la fe, la fe en Dios, la fe viva, que nos da la vida eterna que todavía es el mejor regalo que Dios nos pudo haber dado. Para Dios hubiese sido muy cómodo y aquí está el padre García, que me decía que fue mi alumno por poco tiempo en el seminario San Pío X, de Licey al Medio, en Santiago de los caballeros; para Dios hubiese sido muy cómodo quedarse allá en las alturas celestiales y dirigir la obra, no Dios no quiso y envío  lo mejor que tenía de sí, a su hijo y lo hizo hombre para que viviera las realidades de la vida terrenal y después, ese Jesucristo, sin haber pecado nunca, sin haber pecado nunca, entregó su sangre por nosotros. Ese Dios debe acompáñales a ustedes durante toda su carrera y toda su vida.

Tolerancia religiosa, porque en Samaná la iglesia Wesleyana Saint Piter Church, la Iglesia Evangélica Dominicana y todavía hay una iglesia que se instaló con mucha presencia y entonces también habían otras congregaciones, la Asamblea de Dios, la Iglesia de Dios de la Profecía, la Iglesia Episcopal Anglicana. Aprendí también ya que mi abuela me llevaba al catecismo de la iglesia católica, los domingos y mi abuelo me llevaba a la Iglesia Evangélica Dominicana uno o dos días a la semana, por eso no tenía ningún problema después en entender que había un solo Dios único y verdadero y que las manifestaciones de la fe se podían expresar a través de diversos caminos.

Compromiso con la escuela y con mi comunidad. Siempre aprendí a amar a mi pueblo, aprendí a amar a Samaná, con la grandeza que tiene Samaná, con la belleza que Dios le dio. No hay un lugar más hermoso en el mundo que Samaná, por que Dios nació en Samaná, paso su eterna juventud en Las Terrenas y escogió a Sánchez como lugar de reflexión, Samaná, “provincia de Dios”.

Naturalmente, yo les hablé de Juan Pablo Duarte. Juan Pablo Duarte siempre para mí ha sido un inspirador, por una expresión de Duarte que está colocada en la biblioteca, en el frontispicio de la Biblioteca J. Armando Bermúdez, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, en Santiago de los caballeros, la frase de Duarte era: “Aprovechemos el Tiempo”.

Ustedes tiene ahora la oportunidad de seguir aprovechando el tiempo, preparándose para ser profesionales de calidad, no profesionales del montón, sino profesionales de calidad que contribuyan a hacer una sociedad dominicana más justa y humana como fue el deseo de Juan Pablo Duarte desde la fundación de la República y, esa vida profesional, debe estar más allá de lo que son las aspiraciones puramente particulares.

¿Cuál era la tendencia en la República Dominicana? Que la mujer iba a la universidad para complacer a la familia al papá, a la mamá o al novio y después colgaba su título en una pared y decía ya he cumplido.

Pues bien, eso no es así ya, cada quien tiene derecho a encauzar su vida, pero la mujer tiene una responsabilidad fundamental en la creación de una sociedad dominicana mucho más equilibrada, más llena de amor, más llena de felicidad, de entrega y uno se da cuenta en las universidades y las empresas que las mujeres son más responsables, más serias, manejan mejor el presupuesto, con el permiso de los hombres que están aquí y eso es una gran cuota para las mujeres.

Qué quiero decir, el trabajo y la entrega dan frutos. Cuando llegué a Santiago de los Caballeros, llegué sólo con una maleta, a mí nadie me conocía, una maleta hecha por un talabartero y me fajé a estudiar en Santiago de los Caballeros y debo decir que fue una sociedad que me abrió las puertas de par en par y tenía tiempo para el deporte, tenía tiempo para la cultura, la música, para dar serenatas, para ser miembro del coro universitario, pero sabía que mi meta estaba más allá, era la formación propia y yo sabía que en la Madre y Maestra no hay padrinos, como en otras universidades, fue la primera universidad donde uno se graduaba sin padrino, pero le entregaban el título a uno, ese era el padrino, porque ese título representaba los conocimientos adquiridos durante 4 o 5 años en la universidad.

¿Qué hice yo? Me inscribí en la Alianza Francesa de Santiago, pagando 5 pesos mensuales, aprendí francés y cuando terminé los estudios solicité una beca al gobierno francés, gané la beca, me fui a Niza, en Francia, prácticamente 4 años, hice el doctorado en derecho público y volví a la República Dominicana a dar clases en la PUCMM, a trabajar en la profesión y a trabajar con la juventud. Eso nunca estuvo despojado de un sentimiento profundo, que les aconsejo que lo cultiven, el sentimiento de la solidaridad, el sentimiento de la solidaridad.

El Señor es tan generoso que, fíjense bien, a pesar de que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas, el Señor nos va a pedir cuentas de ese mandamiento, él es generoso, él se dona, él se entrega, el mandamiento del cual les va a pedir cuentas es el mandamiento del amor. Amen al prójimo como yo los he amado; el que ama al prójimo ama a Dios, el mandamiento del amor es del que ustedes tendrán que dar cuenta y en esta sociedad dominicana la solidaridad es fundamental para crear una convivencia que permita que cada uno de los dominicanos pueda recibir los bienes materiales y espirituales de los que son acreedores.

Cuando a uno les enseñaban las virtudes teologales, les decían que eran Fe, Esperanza y Caridad, ustedes las tienen ahí, cultiven eso, prepárense, pero no se olviden de la Fe, de la Esperanza y de la Caridad y sepan ustedes que la República Dominicana es inmortal, no va a perecer, el pueblo dominicano camina a través del tiempo, localizado geográficamente en media isla. Ese pueblo dominicano está integrado por los que se fueron, por los que estamos y por los que vendrán.

Esa República Dominicana inmortal, el mantenimiento de la identidad nacional, requiere de su compromiso, de su entrega, que no se olviden de que esos patricios dominicanos, esos jóvenes que hicieron posible la independencia, construyeron el país sobre un trípode enormemente poderoso: Dios, Patria y Libertad.

Se fundó la patria y se quiere la libertad, sobre la base del amor a Dios. No olviden eso nunca, prepárense, sigan trabajando con entusiasmo y den de sí lo mejor para que tengamos esa República inmortal que Duarte creó para siempre, para el disfrute de todas y todos nosotros.

Qué Dios les bendiga y felicidades. Que sigan cultivando éxitos. Que sus padres se sientan felices, alegres y contentos. Que los maestros vibren de entusiasmo. Que la patria los acoja como parte de su patrimonio a todas y todos.