El doctor Luis Vergés, especialista en conducta humana y masculinidad, reveló que la relación comparativa del suicidio en hombres y mujeres está en un 86 % los hombres y el 14 % las mujeres, lo que quiere decir que de cien personas que se suicidan, 86 son hombres, lo cual erróneamente se les atribuye a las emociones, pero no son las emociones las que matan, sino las acciones.
No obstante, dijo que las mujeres intentan más el suicidio, pero que por la presencia de la violencia en el hombre, sus intentos terminan con la muerte, mientras que las mujeres muchas veces se salvan por los medios que escogen para terminar con su vida.
Al hablar sobre los feminicidios, el profesional de la sicología mencionó que siempre se dice “la mató por odio”, “mató por amor” o “la mató por celos” y eso, que está muy arraigado hasta en los medios de comunicación, es un enfoque equivocado.
“Cuando ocurre un feminicidio, una de las cosas que encabezan los titulares es que la mató por celos y sabemos que ni el odio ni el amor ni los celos matan, porque las emociones no matan, lo que mata son las conductas”, expresó el doctor en sicología Luis Vergés.
El también profesor universitario dictó la conferencia: “El mundo emocional masculino. Gestión y socialización emocional. La expresión de emociones básicas y los miedos masculinos. Recomendaciones”, en la II Jornada Internacional de Masculinidad Positiva que realiza el Tribunal Constitucional, en esta ocasión por la vía virtual, como parte de las actividades para conmemorar el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.
“Nosotros vamos a tener aquí un sesgo causalista y veremos, cuando comprendamos a cabalidad qué es una emoción, cómo se tergiversa lo que es su contenido atribuyéndoles cosas que las emociones no provocan”, señaló.
El doctor Luis Vergés analizó la conducta del hombre y la mujer, aclarando que las emociones son un recurso, más que un problema, y recomendó aprender a gestionarlas y regularlas, más que reprimirlas o controlarlas.
Al hacer un análisis sobre la conducta de los hombres, el especialista aseguró que entre sus principales temores está el miedo a perder los privilegios que ofrece la masculinidad y dijo que el camino correcto es identificar las emociones, nombrarlas y regularlas.
Mencionó que hay un sinnúmero de mitos que durante muchos años se han venido planteando en relación a esa condición y citó entre ellos el famoso mito de la diferenciación arbitraria entre las emociones de los hombres y las emociones de las mujeres.
“No sé si ustedes han leído una obra que dice que los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus -o son de Júpiter…, algo así-, como queriendo decir que el mundo emocional del hombre es tan diferente al mundo emocional de la mujer y como que ese es un asunto intrínseco, cuando la realidad es que tanto los hombres como las mujeres tienen sus emociones, aunque no se manifiestan de la misma manera a nivel conductual”, explicó.
Los hombres se ponen tristes y las mujeres también, “los hombres sienten enojo, sienten también miedo y culpas. Todas las emociones en algunas medidas están presentes en los hombres, así como lo están en las mujeres, porque estas son emociones humanas”, enfatizó.
Vergés apuntó que los elementos disparadores, los detonantes para que estas emociones se desarticulen, se distorsionen y pasen a un segundo componente son los que van a traer una diferenciación en materia de cómo se expresan en el hombre o en la mujer, pues hay un sesgo de la socialización en cuanto a la represión emocional masculina.
Como ejemplo de esto puso el manejo de la tristeza. “Fíjense cómo, desde el punto de vista educativo, se condiciona desde temprana edad a los hombres para que la expresen de una manera diferente a como lo expresan las mujeres. Esto no quiere decir que no tengan los dos el contenido de la tristeza, como yo acabo de decir, la tristeza no es propiedad ni de hombre ni de mujeres, es una emoción humana”, aseguró el especialista en la conducta humana.
Afirmó que cuando se va a expresar el proceso de deformación socializadora que se vive desde la masculinidad arquetípica al hombre se le enseña a reprimir la tristeza y al reprimir la tristeza hay un meta mensaje de que el hombre, en alguna medida, es una persona pobremente definida por si acaso está triste, es como usted dice que alguien está en defecto porque está triste, sin embargo la tristeza es una emoción normal.
“En el caso de la mujer hay un proceso de liberalización a nivel de expresión emocional y la emoción cumple su rol. Cuando la tristeza se expresa, alrededor de esa expresión se crea una red de apoyo, que es una de las funciones que tienen las emociones” dijo.
A su juicio, en el caso de la tristeza la persona muestra desvalimiento como fruto de una pérdida importante y demanda -requiere- del apoyo, pero en sociedades donde el machismo está muy arraigado eso ocurre muy poco para el varón, ya que lo que se incentiva es la represión de la emoción.
De todas las estructuras que tiene el sistema neurológico de un ser humano, las emociones son, por decirlo de algo manera, las más desacreditadas, opinó.